Problemas emergentes en la salud mental de los adolescentes
La adolescencia es una etapa que implica la necesidad de adaptarse a nuevos contextos y nuevas sensaciones, donde nuestro cerebro se forma neurológicamente y es un período crítico, tanto para el desarrollo cerebral como de la personalidad.
Las interferencias en esta etapa pueden determinar consecuencias nefastas en este período que neurológicamente está preparando a los adolescentes a explorar cada vez más sus límites, en la que sienten una fuerte sensación de invulnerabilidad, e incluso gozan de cierta fábula personal.
Actualmente se considera que los problemas y trastornos mentales están determinados por muchos factores: biológicos, psicológicos y de interacción social, y que obedecen, además de a al funcionamiento del cerebro, a factores ambientales, a la historia de cada individuo, a sus experiencias concretas y a las interacciones con los demás, de forma que interactúan “los problemas mentales, sociales y de conducta”.
Como acabamos de exponer, son muchos los factores que afectan a la salud mental, cuantos más sean los factores de riesgo a los que están expuestos los adolescentes, mayores serán los efectos que puedan tener para su salud mental
A continuación, vamos a exponer algunos de los problemas que afectan a los adolescentes siguiendo dos criterios: por ser relativamente nuevos o porque están sufriendo unos incrementos socialmente preocupantes.
1. Adición a las nuevas tecnologías e internet
Con la pandemia hemos observado un incremento exponencial del uso problemático de las nuevas tecnologías en los jóvenes, el cual contribuyó a sentirnos más cerca de los nuestros. Creímos que ese uso excesivo era consecuencia del confinamiento, del aislamiento, sin embargo, ahora que eso ya se ha terminado y ya quedaron atrás los periodos de confinamiento, los toques de queda y es hora de disfrutar del tiempo con los amigos, conocer gente nueva, ligotear, viajar e ir a fiestas, detectamos que el exceso de horas delante de una pantalla sigue manteniéndose, cuando no incrementándose. De echo, el uso problemático de internet en la actualidad se sitúa en el 28,8% de las chicas y del 18,4% de los chicos, con un 7,1% de jóvenes con adicción a videojuegos.
No podemos afirmar que exista una relación causal pero sí una asociación entre el incremento del riesgo de trastornos mentales en jóvenes y uso de las TIC. Los problemas de ansiedad y depresión son frecuentes en los grandes consumidores de bits, tanto como causa como consecuencia, forjando una espiral ascendente que lleva a la pérdida de una buena adaptación al medio social.
El uso “sin filtro”, es decir, sin un control parental adecuado o una educación digital positiva en jóvenes que todavía están formándose para pertenecer de forma autónoma a un mundo adulto, es perjudicial. El ejemplo metafórico lo tenemos si a un padre o madre le preguntamos si dejaría a su hijo ir solo por la calle a las 2 de la madrugada. Seguramente su expresión sería de horror. Pensamientos de que le puede pasar algo, porque algún desconocido con malas intenciones pueda aprovecharse de él/ella o alguien puede hacerle daño.
Sin ser conscientes que esa misma exposición la puede estar haciendo a través de un dispositivo móvil con conexión a internet pensando que a las 2 de la madrugada su hijo está tranquilamente durmiendo, cuando en realidad puede estar conectado a internet exponiéndose a situaciones de riesgo con desconocidos.
El acceso ilimitado a Internet, da lugar a la aparición de situaciones de riesgo en menores que comparten fotografías íntimas o quedan con desconocidos que conocen en aplicaciones de videochat inmediato influídos por la naturalización de estas prácticas en aplicaciones o creadores de contenido referentes para la juventud; víctimas de ciberbullyng; menores con problemas de conducta que consumen videojuegos de codificación PEGI 18, donde existen escenas explicitas de violencia, sexo, consumo de drogas y lenguaje soez; menores que consumen cannabis y muestran dificultades en las funciones mentales ejecutivas, problemas de rendimiento académico, síndromes amotivacionales o problemas legales porque siguen páginas web de growshops online donde exaltan sus usos y beneficiosos.
2. Trastornos de la conducta alimentaria
Los trastornos de la alimentación constituyen un problema acuciante en expansión. La anorexia y la bulimia nerviosas son asociadas frecuentemente a la adolescencia y a la juventud, si bien pueden aparecer en cualquier momento de la vida. Factores de tipo psicosocial están contribuyendo en la actualidad a un adelanto de la edad media de inicio de estos trastornos de la conducta alimentaria en buena parte del mundo.
La moda, los medios de comunicación, la publicidad y muchos otros factores socioculturales, contribuyen a que la delgadez corporal se asocie a prestigio social, autoestima alta, belleza, elegancia, aceptación social, estar en forma, búsqueda de perfección, y juventud
3. Trastornos de la conducta
Se viene observando un aumento de niños y niñas con fuertes rabietas, hiperestimulados con fuertes sensaciones de intranquilidad e irritabilidad cuando no están conectados y son incapaces de permanecer tranquilos y calmados, ávidos de estímulos de forma rápida y constante, que convierten el material interactivo en su principal tema de conversación; o niños y niñas que comienzan a consumir pornografía a partir de los 8 años de edad, contribuyendo al ideario sobre prácticas de riesgo que han aprendido y naturalizado.
El trastorno disocial es una variante de inicio temprano y de menor gravedad del trastorno antisocial de la personalidad. Los criterios del trastorno disocial incluyen la utilización de la violencia física y verbal contra personas u otros animales, el robo, la destrucción de la propiedad de otras personas o las violaciones graves de normas de los padres y del centro académico.
Un problema asociado es el trastorno negativista desafiante, que se diagnostica en niños y adolescentes que desobedecen a los adultos, tienen una tendencia marcada al enfado y acusan a otras personas de su mal comportamiento. Los criterios diagnósticos de estos trastornos de conducta han sido criticados por incluir juicios de valor de carácter ético.
4. Autolesiones y suicidio
Se ha producido un incremento de las autolesiones e intentos de suicidio potenciados por grupos temáticos en aplicaciones y siguiendo modelos de series de conocidas plataformas de pago; menores que ponen en riesgo su integridad o de otras personas por recrear retos virales o buscar seguidores.
El suicidio es la cuarta causa de muerte entre los adolescentes mayores (15 a 19 años) y suele ir asociado, tal como destaca la mayoría de los investigadores en esta área, a una gama amplia de factores tales como enfermedad mental, aislamiento social, intentos previos de suicidio, enfermedad física, consumo de drogas, y violencia familiar y escolar. Aquí también, los medios digitales, como cualquier otro medio, pueden desempeñar un papel importante en la mejora o el empeoramiento de las medidas de prevención del suicidio.
5. Aislamiento social
El “aislamiento adolescente” como problema psicológico serio se define como aquel joven que se siente abrumado por la propia sociedad e incapaz de cumplir los roles sociales que se espera de el, reaccionando con un aislamiento social. Este comportamiento puede tener consecuencias negativas, sobre todo en la adolescencia, y puede ser un factor de pronóstico/un antecedente de la adaptación psicosocial.
Los principales factores de riesgo del aislamiento social son: la depresión, baja autoestima, problemas de aprendizaje y atención, inestabilidad afectiva, inseguridad y timidez.
Aunque queremos dejar claro que no consideramos que el hecho de tener una adicción a internet produzca aislamiento social, si que es cierto que el uso problemático al internet aumenta el aislamiento social y deteriora las relaciones más cercanas cuando los jóvenes comienzan a manifestar poco interés por las interacciones sociales y van dejando de lado actividades cotidianas como cumplir sus tareas o salir con amigos.
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Máster en Psicología infanto juvenil,
Especialista en Terapias en la infancia y adolescencia
Centro Codex Formación