Sueño polifásico ¿puede mejorar nuestras vidas?
Cuando pensamos en dormir, lo habitual es imaginar una sola gran fase de descanso nocturno, de unas 7 u 8 horas. Esta idea, a priori universal y tradicional, recibe el nombre de sueño monofásico.
Sin embargo, a lo largo de la historia y en diferentes culturas han existido otras formas de organizar el descanso: el sueño polifásico, es decir, dividir el sueño en varias siestas o bloques a lo largo del día.
En la Edad Media nos encontramos con muchas comunidades que dormían en dos fases nocturnas, con una vigilia intermedia, personajes famosos como Leonardo Da Vinci, Thomas Alva Edison, Napoleón Bonaparte, Cristiano Ronaldo o Nikola Tesla se han asociado con diferentes hábitos de sueño fragmentados para dedicar más horas a la creatividad y/o al trabajo.
¿Cuáles son los modelos más importantes del sueño polifásico?
- Bifásico: Una noche de 5-6 horas y una siesta de 20 a 90 minutos.
 - Cada 4 horas (Everyman): Un bloque principal de 3 a 4 horas y varias siestas cortas.
 - Uberman: 6 siestas de 20 minutos cada una.
 - Dymaxion: Solo cuatro siestas de 30 minutos, distribuidas cada 6 horas.
 
¿Qué dice la ciencia del sueño polifásico?
Hoy en día no es algo que tenga un estudio intensivo, pero desde luego si que hay una serie de puntos que están bastante claros.
- El cuerpo humano está diseñado para el sueño monofásico, o como mucho bifásico.
 - Los ciclos circadianos regulan el descanso principalmente de noche
 - Mantener rutinas polifásicas muy estrictas puede provocar privación crónica de sueño, con efectos negativos sobre la memoria, la atención, el estado de ánimo y la salud física.
 - Sin embargo, la siesta breve (20-30 minutos) si está respaldada cientíicamente como beneficiosa para el rendimiento y el bienestar.
 
Riesgos y beneficios - ¿Por donde se decide la balanza?
En este caso podemos hablar de los posibles beneficios como pueden ser la sensación de aprovechar mejor el tiempo, el aumento temporal de la creatividad o la flexibilidad horaria en trabajos atípicos. Pero también tenemos que asumir que este tipo de sueño puede conllevar una serie de riesgos para nuestra salud, como pueden ser; acumulación de fatiga, problemas de concentración y de memoria, alteraciones emocionales como son la irritabilidad o la ansiedad o las dificultades para mantener una vida social o laboral estable.
Conclusión
A día de hoy el sueño polifásico sigue despertando curiosidad, y muchas veces se trata de una estrategia para ganar horas al día, sobre todo ante testimonios de gente con alcance mediático como es Cristiano Ronaldo, con más de 663 millones de seguidores en la red social “Instagram”.
Aún con esto la ciencia respalda que nuestro organismo funciona mejor con un descanso continuo y, si lo necesitamos, una siesta adicional, remedio que nuestros abuelos y abuelas siempre utilizaban las tardes de verano.
La realidad es que dormir es una gran inversión en salud, rendimiento y bienestar psicológico, y los problemas de sueño constituyen un problema para nuestra salud tanto física como psicológica.
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