¿Hablamos de Trastornos de Conducta?
En las últimas décadas, en nuestra sociedad han surgido nuevos valores, como el individualismo y la necesidad de obtener una recompensa inmediata, que dificultan interiorizar la demora en la gratificación y lleva a una baja tolerancia a la frustración, lo que ha contribuido al incremento de niños/as y adolescentes emocionalmente frágiles que con frecuencia presentan síntomas de irritabilidad, agresividad, dificultad para establecer vínculos afectivos e impulsividad. Estas implicaciones negativas influyen en los memores y afectan también a su entorno familiar y académico y social.
Es cierto que los/as niños/as pueden presentar conductas molestas y disruptivas. La presencia de dificultades para contener los impulsos y deseos, tolerar la frustración, obedecer las normas y acatar los límites que imponen los padres o figuras de autoridad, puede ser un elemento esperado para cualquier niño/a y adolescente al ir pasando por las distintas etapas evolutivas y los consecuentes retos que aparecen como parte de la consolidación de su identidad relacionados con la reafirmación y autonomía.
Sin embargo, cuando estas dificultades son muy intensas, se cronifican en el tiempo o cuando un/a niño/a manifiesta este comportamiento de forma frecuente y persistente, sí puede generar una dificultad en la adaptación al medio escolar, familiar y social, pudiendo afectar de forma grave a sus vidas, a su desarrollo psicológico, implicando un nivel de patología importante que se engloba dentro de los Trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la conducta.
Dentro de esta categoría se incluyen diferentes perfiles psicopatológicos, como el Trastorno Negativista Desafiante, el Trastorno Explosivo Intermitente, la Piromanía, la Cleptomanía y otros Trastornos del control de los impulsos y de la conducta no especificados.
Trastorno de Conducta
Los problemas de conducta desde una perspectiva funcional, suelen ir asociados a la presencia de dificultades persistentes en las diferentes clases de respuesta: La respuesta emocional suele ser inestable y limitada, la conducta cognitiva hay un déficit ejecutivo, la conducta motora es desregulada y la conducta social es disfuncional –, afectando significativamente las esferas personal, familiar, social, y académica.
Entre los síntomas más significativos del Trastorno de Conducta destacamos los siguientes:
- No acatar las reglas sociales establecidas para su edad,
- Escaparse de la casa o quedarse fuera de la casa por la noche sin permiso
- Ser agresivo de tal manera que cause daño.
- Acosar a otros niños o compañeros, inicio de peleas.
- Robar o dañar las pertenencias de otras personas a propósito.
- Violar los derechos básicos de los demás.
- Absentismo escolar, a menudo faltan a la escuela de manera voluntaria y deliberada.
Trastorno Negativista Desafiante
El TND comienza a muy temprana edad, se mantiene estable en los periodos evolutivos desde los 3 hasta los 18 años, predice problemas de adaptación en la adolescencia y en la edad adulta
Entre los criterios para el diagnóstico del Trastorno Negativista Desafiante según DSM-V-(American Psychiatric Association, 2013) se encuentran:
Los síntomas característicos del Trastorno Negativista Desafiante se presentan como:
- Un patrón de humor susceptible, enfadado e irritable
- Se encoleriza e incurre en rabietas y pataletas.
- Comportamiento y/o actitud desafiante con las figuras de autoridad
- Discute o rehúsa cumplir las peticiones del adulto
- Molesta deliberadamente a otras personas y acusa a otros de sus errores
- Manifiesta resentimiento o una actitud vengativa
Sus síntomas característicos deben presentarse por lo menos seis meses y su gravedad se determina a partir de su ocurrencia en distintos entornos en donde se desenvuelve el individuo
Consecuencias del Trastorno Negativista Desafiante
El TND es un problema que, por las características de sus manifestaciones, la frecuencia, intensidad y duración, resulta socialmente inaceptable, alterando de un modo negativo y disfuncional las interacciones en los contextos en los que el menor se desenvuelve.
A nivel personal produce un deterioro funcional más que malestar por el problema, ya que generalmente hay poca conciencia de que existe. No obstante, dependiendo de los síntomas y especialmente del nivel de procesamiento de la información social, muchos menores preferirían no comportarse de ese modo.
En el contexto social las relaciones con los compañeros se reducen en calidad y cantidad, siendo rechazados debido a que molestan, gastan bromas y culpan a los demás de su situación.
En el contexto educativo los resultados académicos los llevan a experiencias de fracaso presentando dificultades para superar con éxito los contenidos curriculares. Por parte del profesorado esta la percepción niños difíciles, que alteran el funcionamiento del aula y a los que hay que dedicar mucho tiempo generando un gran desgaste emocional.
En el contexto familiar se produce una alteración de la vida cotidiana, generando una tensión permanente la espera que en cualquier momento surja el conflicto, porque cada acción suponga un elevado esfuerzo, cuando se constata que el problema conductual no se aminora, sino que se mantiene o incrementa.
Evaluación de los Trastornos de conducta
Se realiza una evaluación integradas en la que se utilizan las siguientes técnicas:
- Entrevista clínica con la familia
- Informes del centro educativo,el propio niño y cualquier otra persona que tenga un contacto significativo y pueda dar información sobre su comportamiento.
- Registros de las situaciones conflictivas
- Cuestionarios y escalas psicométricos aplicadas a la familia y al niño- adolescentes.
Es a partir de la evaluación que se realiza la selección y el empleo de estrategias de intervención más idóneas, dependiendo de las características y/o demandas del caso.
Los Trastornos de conducta, es una problemática que ha ido aumentando de forma muy preocupante suponiendo un reto para padres y educadores. Dada la complejidad de este alumnado, el equipo docente necesita contar con las competencias y una formación experta en las necesidades especiales de este alumnado.
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