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Terapias de Tercera Generación en Trastornos de la Conducta Alimentaria

Terapias de Tercera Generación en Trastornos de la Conducta Alimentaria

Centro Codex
1 mes, 3 semanas

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) afectan a millones de personas en todo el mundo. Al tratarse de un conjunto de trastornos donde las personas experimentan un gran malestar, los riesgos para la salud física que implican y su elevada comorbilidad con otros trastornos, la ciencia y más concretamente la psicología, ha debido investigar constantemente y buscar nuevas soluciones. En este sentido, en los últimos años, las terapias de tercera generación han ido ganando peso al haber mostrado resultados prometedores en el tratamiento de los TCA así como de otros trastornos.

Ahora bien, ¿qué son las Terapias de Tercera Generación?

Las terapias de tercera generación se diferencian de otras como la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) en que no solo se centran en la modificación de pensamientos y comportamientos, sino también en la aceptación de lo que sucede, dando gran peso al contexto en el que pensamiento, emoción y conducta suceden.

Estas se originaron en las últimas décadas debido a nuevas investigaciones y al surgimiento de enfoques más holísticos de salud mental, donde cobran protagonismo la comorbilidad así como la historia del individuo y el contexto. Del mismo modo, la neurociencia y la psicología han puesto el foco de interés en principios orientales, como la importancia de la regulación emocional, la conciencia plena y el poder de la aceptación de aquello que no podemos cambiar, confiriendo así con estas terapias, un enfoque más holístico del ser humano, la salud y el bienestar. En este sentido, con las terapias de tercera generación, no solo se busca eliminar síntomas, sino también fomentar una vida significativa y satisfactoria.

Tipos de Terapias de Tercera Generación empleadas en los TCA

  1. Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): Esta terapia fomenta que el paciente en lugar de luchar contra los pensamientos y emociones intrusivos propios de los TCA, acepte los mismos. Esto resulta clave en este tipo de trastornos, extremadamente marcados por el rechazo a los procesos internos, a la imagen corporal e incluso a uno mismo a nivel más profundo. Al promoverse la aceptación de la experiencia interna la persona poco a poco va descubriendo cuales son sus valores y sus objetivos personales y empieza a vivir acorde a ellos en lugar de que su vida gire en torno a la dieta o el peso. Se trabaja en la autoaceptación y la construcción de una imagen corporal más positiva, lo que puede disminuir la preocupación por el peso y la apariencia.

 

  1. Terapia Dialéctico-Comportamental (DBT): Esta terapia se desarrolló inicialmente para el tratamiento del trastorno límite de la personalidad pero ha resultado ser también muy útil en los TCA. Esta se centra esencialmente en la regulación emocional y en la tolerancia al malestar. Para ello, en primer lugar, las personas aprenden a identificar sus emociones para luego, enseñarles habilidades para enfrentar situaciones difíciles sin recurrir a comportamientos destructivos, como el atracón o la purga. Esto ayuda a interrumpir el ciclo de comportamiento disfuncional. El tratamiento incluye entrenar a las personas en habilidades relacionales y comunicativas, lo cual resulta fundamental para la recuperación.

 

  1. Mindfulness: esta práctica ha mostrado la eficacia en la reducción de la ansiedad relacionada con la comida y el peso. Los estudios sugieren que la atención plena puede ayudar a los pacientes a desarrollar una relación más saludable con la comida y su cuerpo, aprendiendo a estar más presentes así como a observar sus pensamientos y emociones sin juzgarlos.

Elementos clave de las Terapias de Tercera Generación

-       Fomento de la Autoconsciencia: estas terapias, al enseñar a las personas estrategias de autoobservación y presencia, permiten hacer conscientes procesos automáticos de pensamiento, emoción, acción o reacción a sucesos, muchas veces mantenedores de la problemática.

-       Autocompasión: Estas terapias promueven una actitud de aceptación hacia uno mismo, lo que puede ser especialmente beneficioso para aquellos que luchan con la autoimagen y la autoestima. El rechazo al cuerpo constituye uno de los elementos clave sobre los que se sostienen los TCA. Sólo podemos abordar un problema de rechazo conectando con emociones y acciones contrarias.

-       Acción comprometida con uno/a mismo/a: Las terapias de tercera generación permiten la identificación de valores, esto incluye relaciones, carrera, salud y lo que confiere la calidad de vida de cada persona. Una vez reconocidos, se anima a los pacientes a actuar en consecuencia, lo cual va a afectar a su salud física y mental. Cuando la persona empieza a vivir la vida poniendo en el centro sus valores, la preocupación por la alimentación pasa progresivamente a un segundo plano.

Consideraciones Finales

Aunque las terapias de tercera generación han demostrado ser efectivas en el tratamiento de los TCA, es esencial que sean administradas por profesionales capacitados. Además, es recomendable que se complemente con la terapia cognitivo-conductual (TCC) dado que ha demostrado ser la más efectiva y por ende prioritaria para el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), según diversas investigaciones.

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