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Altas capacidades intelectuales. ¿Qué son exactamente?

Altas capacidades intelectuales. ¿Qué son exactamente?

Centro Codex
1 mes, 2 semanas

No es ningún secreto que las personas somos diferentes en muchos aspectos, como la altura, la personalidad, el color de pelo, etc. Una gran parte de esto se debe a la genética, otra parte se debe a otros factores. El caso es que también somos diferentes en cuanto a inteligencia: hay personas muy listas y otras que les cuesta un poco más. Todos conocemos el término “superdotado”: un chico mucho más listo que los demás, el “empollón” de la clase. Pero nuestra tarea en este artículo no va sobre clichés o imágenes caricaturizadas arraigadas en nuestro inconsciente cultural, va sobre dar una respuesta científica a la pregunta “¿Qué son las altas capacidades intelectuales?”

Las Altas Capacidades Intelectuales son un fenómeno complejo y multidimensional. La literatura científica ha dado distintas definiciones al respecto. Algunos autores la definen como la manifestación del rendimiento que se encuentra en el extremo superior de la distribución en un dominio de talento específico (Algaba Mesa & Fernández Marcos, 2021). Como norma general, se considera Altas Capacidades Intelectuales a los individuos que puntúan por encima de un Cociente Intelectual de 130 en las pruebas de inteligencia. Sin embargo, no es tan simple, ya que la inteligencia es un constructo muy complejo: está compuesta por distintas áreas como la Comprensión Verbal, la Aptitud Visoespacial, la Memoria de Trabajo, etc. Por ello resulta que un individuo con A.A.C.C podría destacar de sobremanera, por ejemplo, en razonamiento matemático y tener una memoria de trabajo normal o incluso, en algunas ocasiones, algo por debajo. Es por esto que existen diversos “tipos” de Altas Capacidades. Pero dejando atrás el plano de las capacidades cognitivas. ¿Tienen algo en común los niños y adolescentes con A.A.C.C?. Si es así, ¿qué es lo que tienen en común?

Ser superdotado ¿Una bendición o una maldición?

Aparentemente ser “mucho más listo” que los demás sólo puede ser bueno. Pero en la práctica no siempre es así: aislamiento, aburrimiento, problemas emocionales, “sentirse raro” son algunas de las cosas que se escuchan sobre las A.A.C.C.

¿Tienen estos inconvenientes reflejo en la literatura científica? En una reciente revisión sistemática llevada a cabo en 2021 Antonio Algaba-Mesa y Tatiana Fernández-Marcos nos arrojan algo de luz al respecto.

En lo emocional…

Respecto a la anterior pregunta: “Aparte de la inteligencia, ¿Qué tienen en común las personas con Altas Capacidades?”, ya en 1966 Dabrowski proporcionó un marco para la forma en que los individuos con altas capacidades experimentan el mundo, y desarrolló el concepto de sobreexcitabilidad. Identificó cinco áreas de sobreexcitabilidad: psicomotora, sensual, intelectual, imaginativa y emocional (Dabrowski, 1966). Esta sobreexcitabilidad puede generar en otros problemas en los aspectos social y emocional (Algaba Mesa & Fernández Marcos, 2021). Por ejemplo, la sobreexcitabilidad emocional puede exhibirse como reacciones intensas a situaciones o cambios de humor extremos, como observó Murdock Smith, 2013. Son varios los autores que vinculan esta forma “amplificada” de percepción en las A.A.C.C con problemas emocionales, como por ejemplo Robert, Kermarrec, Guignard y Tordjman, 2010. Que concluyeron que el exagerado efecto de los sentimientos hacia situaciones sociales en niños con alta capacidad les provoca ansiedad.

Sea por sobreexcitabilidad, por sentirse diferente a sus compañeros, o por otras causas, son una mayoría los estudios que ponen de manifiesto la presencia de problemas emocionales en esta población. Como el de Guignard y Zenasni, que concluyeron que ante la presión por alcanzar el éxito, algunos niños muestran mayor sensibilidad al fracaso; el de Casino-García et al, que observaron un mayor impacto de estado ánimo negativo reflejado en niveles más bajos de bienestar subjetivo e inteligencia emocional en esta población; el de Urben et al., que pusieron de manifiesto que adolescentes con alta capacidad presentan habilidades de autorregulación emocional diferentes, con peor procesamiento cognitivo de la tristeza o el de Eren et al., que nos dicen que puntuaron más alto en depresión y se describieron a sí mismos como más desatentos, con baja funcionalidad social y peor percepción de su estado de salud física.

Resulta interesante la conclusión de Peterson 2009, que observó que el desarrollo cognitivo de los niños con alta capacidad puede ocurrir a un ritmo más avanzado que el desarrollo social y emocional, lo que dificulta la adaptación a los compañeros. Imagínese el lector tener capacidad para para procesar conceptos complejos o un mayor abanico de información, pero no estar preparado para gestionarla. Este avance cognitivo podría tener un alto grado de desarrollo moral y sentido de la necesidad de seguir reglas, lo que resulta en un comportamiento rígido que afecta aún más las relaciones (Murdock-Smith, 2013). Este desarrollo prematuro de la capacidad intelectual en detrimento de la capacidad social y emocional nos pone delante del concepto de desarrollo asincrónico, y como ya hemos dicho y nos confirma Lamont, 2012, puede vincularse a niveles altos de miedo y ansiedad.

En conclusión, para haber peso académico suficiente para pensar que los niños y adolescentes presentan una tendencia a tener problemas emocionales

En el colegio…

Aparentemente y debido al cliché del “empollón” mucha gente pensaría que los niños y adolescentes con A.A.C.C son niños que les va muy bien en el colegio. Esto es cierto en muchos casos, pero no en otros. Las estadísticas muestran que una parte importante de niños y adolescentes con altas capacidades fracasan en el colegio. ¿Cómo puede ser esto? Veremos qué nos dice la ciencia: McDowell dice que estos niños y niñas experimentan frustración con el trabajo escolar que les resulta repetitivo e inútil. Es decir, se aburren, piensan que lo que se les enseña es inútil o demasiado fácil y por eso se frustran o no atienden a las explicaciones. Por su parte, Bar-On nos cuenta que estos estudiantes, que como ya hemos visto tienen dificultades para manejar su inteligencia emocional pueden ver afectado su rendimiento por el miedo y la ansiedad. Por otra parte, Peterson encontró que los estudiantes con alta capacidad suelen ser perfeccionistas, y además tienen tendencia al aburrimiento y al bajo rendimiento, y todo esto puede derivar en comportamientos disruptivos en clase. También Revol, Louis y Fourneret nos cuentan que la ansiedad de rendimiento unida a fracaso académico y la exclusión del grupo de pares puede conducir al abandono escolar. Vemos que un niño con altas capacidades no tiene por qué ser el típico estudiante que saca todas las asignaturas con sobresalientes.

En definitiva, todos sabemos lo importante que son las emociones en todas las áreas de nuestra vida, es por ello que estudiantes con altas capacidades, que como hemos visto parecen tener tendencia a una mala gestión de las mismas, pueden presentar fracaso escolar.

Con los compañeros…

Estos niños y niñas son diferentes a los demás, y normalmente lo saben. Como en todo, cada caso es un mundo, y cada personalidad es distinta, por lo que esta diferencia con los demás puede ser llevada de distinta forma. Pero en búsqueda de tendencias generales, encontramos en la literatura científica que una parte importante tiene ciertas dificultades a la hora de relacionarse. Como concluyó McDowell en 1984, estos estudiantes se sienten diferentes e inseguros al interactuar socialmente.

Entonces… ¿Qué hacemos con ellos?

La pregunta es obvia: ¿Cómo evitamos que esto pase?, ¿Qué hacer si mi hijo tiene A.A.C.C?. Existen muchos programas y muchas formas de intervención. Pero en general hay algunos elementos comunes a todas ellas. Primero de todo, es muy importante prestar atención no solo al área intelectual, sino a la social, emocional, etc. El desarrollo intelectual del niño con altas capacidades va a ser fundamental, pero no logrará tener una vida satisfactoria en el futuro si no se sabe relacionar, no tiene lazos afectivos sanos o no sabe gestionar sus emociones. Es importante que se relacionen con otros niños o niñas como ellos, ya que es común que en el aula se sientan diferentes a sus compañeros de clase y no tengan intereses o gustos en común. Sin embargo, si tiene un círculo social de personas parecidas a él o ella es más probable que forje vínculos significativos con los que realizar actividades en común, lo que promueve una vida emocional saludable. Debido a sus dificultades emocionales y la sobreexcitabilidad, es conveniente que dominen cuanto antes estrategias para tratar la ansiedad o la sintomatología depresiva. En conclusión, no debemos descuidar ningún área. Debe tratarse de una intervención integral.

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